jueves, 20 de enero de 2011

Adolf Hitler (I)


Adolf Hitler nació en Braunau el año 1889. Era hijo de un modesto funcionario de aduanas austriaco. Al comenzar la Primera Guerra Mundial, quiso alistarse voluntario en el ejército de Austria, pero fue rechazado a causa de un defecto físico. Fue aceptado, en cambio, por el ejército alemán, que le destinó a la zona occidental en calidad de cabo y enlace.

Al finalizar la guerra, Hitler estaba internado en un hospital donde se reponía de los efectos de un ataque con gases asfixiantes. Actuó como espía militar y tiempo después, se incorporó a uno de los pequeños grupos políticos que estaban en contra del nuevo gobierno y de las ideas que se extendían por toda Europa tras el triunfo de la Revolución rusa. Su partido, el Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (N.S.D.A.P.), Partido Obrero Alemán Nacional Socialista, fue fundado en el año 1919. Hitler controló el partido y consiguió el apoyo de militares, como Göering y Röhm, y juntos dedicaron sus esfuerzos a formar unas secciones de combate privadas del Partido, las S.S. y S.A., que utilizaban la violencia contra quienes no simpatizaban con el movimiento nacionalsocialista (nazi).

Después del fracaso del putsch de Bürgerbräu en 1923, primera tentativa para la conquista del poder, que le costó ir a prisión, Hitler se esforzó en utilizar las posibilidades que ofrecían las instituciones parlamentarias. En su celda, en la prisión de Landsberg, escribió Mein Kampf (Mi Lucha), libro que se convertiría en el ideario político y racial del pueblo alemán. En él que expone sus ideas y teorías políticas, raciales y económicas aderezadas con un apasionado esbozo biográfico. 




En Mein Kampf no falta la visión de un "Nuevo Orden" mundial bajo la égida aria y nacionalsocialista, con la promesa de un milenio de prosperidad y gloria para el III Reich. A partir de 1928, los efectivos del partido aumentaron rápidamente. Obtuvo 810.000 votos en las elecciones generales de 1928.  La terrible depresión económica que afectó a los países occidentales en el año 1929, tras el crack de la Bolsa de Nueva York, ayudó a Hitler a obtener nuevos logros políticos. El N.S.A.D.P. obtuvo 6.400.000 votos en las elecciones generales de 1930. 

Recorrió toda Alemania, que registraba la mayor tasa de paro de su historia, predicando su mensaje de una Gran Alemania renacida, y con su voz penetrante, convenció a muchos sobre el futuro del nacionalsocialismo, haciendo una delirante propaganda contra el comunismo y la democracia parlamentaria. En el año 1932, el N.S.D.A.P. era ya el más importante de Alemania, aunque no obtuvo la mayoría absoluta en las elecciones. 
La complicidad de los grupos conservadores le abrió el camino del poder. Llamado a la cancillería, en 1933, por el presidente Hindenburg, Hitler liquidó la democracia, prohibió todos los partidos a excepción del nazi, y más tarde reforzó su posición personal haciendo ejecutar a los que se le oponían en el seno de su propio partido.

A la muerte de Hindenburg, y gracias a la confusión reinante entre los otros grupos políticos del país, Hitler consiguió ser nombrado canciller el 30 de enero de 1933, desempeñando al mismo tiempo las funciones de canciller y de presidente. Hitler se proclamó a partir de entonces en el Führer (caudillo) de Alemania.

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